Confianza, empatía, fidelidad, respeto y reciprocidad =Amistad.
Un padre te enseña más que mil profesores, por ejemplo, que los costarricenses suelen saludar diciendo pura vida y que no es un saludo, sino toda una filosofía.
La Oruga y Alicia se miraron en silencio por un tiempo. Por fin la Oruga se quitó el narguile de la boca, y se dirigió a la niña con lánguida y adormilada voz. –¿Quién ERES?– dijo la Oruga. No era una forma muy alentadora de comenzar una conversación. Alicia contestó, tímidamente: –N… No sé, señor, lo que soy en este momento… Apenas sé quién era al levantarme esta mañana, pero pienso que he cambiado varias veces desde entonces. -¿Qué es lo que quieres decir?- dijo la Oruga con severidad- Explícate! - Mucho me temo, señor, que no sepa explicarme a mí misma - respondió Alicia-, pues no soy la que era, ¿ve usted? - No veo nada! - dijo la Oruga. - Temo no poder decírselo con mayor claridad- insistió Alicia muy cortésmende-, pues para empezar, ni yo misma lo comprendo; resulta muy desconcertante- - No lo es- replicó la Oruga. - Bueno, quizás a usted aún no se lo parezca así- dijo Alicia-; pero cuando se haya transformado en una crisálida (y eso ha de pasarle algún día, ¿sabe?), y después, cuando se convierta en una mariposa, ¿no cree usted que le parecerá todo eso un poco extraño? - En absoluto! - declaró la Oruga. - Bueno, quizás tenga usted sentimientos distintos a los míos - dijo Alicia-; pero lo que sí sé es que yo, en su lugar, me sentiría ciertamente muy rara. - Ah! Tú! - dijo la Oruga con desdén-. Y quién eres tú? He aquí Alicia después de su metamorfosis en crisálida...se sentirá un poco rara? Tal vez sí.